jueves, 15 de diciembre de 2011

Una cabeza de verticales, de horizontales.

A veces confundo, casi siempre. Ni siquiera se donde. No está muy claro donde acaba, donde se mezcla, donde se entreteje con la línea que la bordea. Siempre olvidas, no intuyes ese gusto por la luz de los días nublados. Tiene algo que la hace menos sintética que el resto de las luces. Tiene algo terrible. Tiene cenizas en el cielo. Y el color se cae. Es letal. El vértigo del final de la cosas...

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